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Sobre nuestra Fundadora, Demetria Spencer

Nunca es fácil dejar a tu hijo en manos de desconocidos. Como padre,

te preocupas—¿Y si algo pasa? ¿Serán amados, protegidos y comprendidos mientras estás fuera tratando de proveer para ellos? Demetria Spencer compartía esas mismas inquietudes. Después de tener a su segundo hijo, tomó una decisión que cambiaría su vida: abrir su propio centro de cuidado infantil en casa.


Iniciar un negocio desde cero—sin un plan, financiamiento o experiencia—nunca es fácil. Pero Demetria tenía una licenciatura en Desarrollo Infantil Temprano y, lo más importante, una profunda pasión por la educación en la primera infancia. Con la ayuda de su amoroso y solidario esposo, Tony Spencer, transformó su acogedora casa de dos habitaciones en un entorno de aprendizaje lleno de cuidado. Durante seis años, ese pequeño espacio fue la base de lo que crecería hasta convertirse en algo mucho más grande.


En 2008, una nueva puerta se abrió—literalmente. Demetria tuvo la oportunidad de rentar un espacio en la parte trasera de una iglesia local. Con más espacio llegaron más niños, un personal en crecimiento y nuevas oportunidades de impactar vidas. Como en cualquier negocio, hubo desafíos, pero la Sra. Dee los enfrentó con fortaleza y gracia.

A medida que el negocio seguía creciendo, quedó claro que era tiempo de otra expansión. El espacio en la iglesia ya no podía contener su visión. Así que comenzó la búsqueda de un edificio propio. Después de meses de oración, planeación y búsqueda, finalmente lo encontró—el lugar perfecto para llamar hogar a su centro de cuidado infantil. Pero lo que vino después puso a prueba su determinación.


El edificio necesitaba de todo—licencias, inspecciones, reparaciones costosas y actualizaciones importantes para cumplir con las normas. Cada paso se sentía como una nueva montaña que escalar, y hubo muchos momentos en que su sueño fue puesto a prueba. Pero la Sra. Dee y su familia nunca dejaron de creer, incluso cuando las probabilidades parecían estar en su contra.


Y entonces, en enero de 2024, ese sueño se hizo realidad. Las puertas de la nueva instalación se abrieron oficialmente—un testimonio de perseverancia, fe y el amor de una madre. Hoy, el centro de cuidado infantil se levanta como un lugar cálido y acogedor, donde los niños no solo están seguros, sino que también son vistos y apoyados de verdad.

Lo que comenzó como la preocupación de una madre ha crecido hasta convertirse en un legado de cuidado, y apenas estamos comenzando.


 
 
 

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